¿Dice la biblia qué "el tiempo" comenzó con la creación?
¿Por qué en el cielo no existe el tiempo?
¿Dónde queda el cielo?
¿Cuánto dura la eternidad?
Al hacernos estas preguntas (válidas y legítimas), es posible que estemos partiendo de presuposiciones que, aunque nos parezcan lógicas, quizá no sean del todo coherentes con el pensamiento bíblico. Puede que seamos víctimas de errores de base que se nos escapan, y es comprensible debido a la poca información que manejamos al respecto en los círculos de creyentes.
Hay que aceptar que la biblia no destina mucho de su contenido a explicar las leyes del tiempo y el espacio (ni siquiera es uno de los temas importantes), pero da la información suficiente para crear criterios sanos respecto al comportamiento de dichos aspectos de la realidad creada (entiéndase el ámbito espiritual y el ámbito físico o terrenal).
Es un buen primer paso reconocer que las mentes finitas no pueden comprender lo infinito; algo así como un vaso de vidrio tratando de contener el océano. Pero es un salto precipitado al error aceptar de plano que lo que la Biblia expresa cómo Eternidad signifique "ausencia del tiempo" porque no es lo que expresa la Escritura. Está claro que en el ámbito físico la idea de "tiempo" existe como característica inalienable por diseño Divino; los seres humanos reconocemos la presencia de esta ley natural en la que estamos inevitablemente inmersos (si no me cree, trate de decir una frase con sentido lógico que no incluya los conceptos del tiempo y el espacio. Si no lo logró, o está hablando como todo un cavernícola, por favor siga leyendo).
Respecto al ámbito espiritual tenemos muy poca información, aunque por ejemplo en el libro de Daniel encontramos que cuando el profeta rogaba por su nación fue dada "una orden", enviando además al ángel Gabriel para darle (a Daniel) sabiduría y entendimiento respecto a sus ruegos y la visión que había tenido (Dn 9). De hecho, fue al principio de sus ruegos (que debieron durar al menos un rato, pues él todavía estaba orando cuando llegó el mensajero) que la orden "fue dada" (denotando presencia del concepto temporal). ¿En qué ámbito fue dada esta orden? Pues en el ámbito en el que residen los seres espirituales, y ¿quién sino Dios puede dar órdenes a tan poderoso ser? Es evidente que se refiere al ámbito espiritual, del cual, por cierto, "salió" el ángel (denotando movimiento espacial).
Otro pasaje, Dn 10, nos brinda otra fuente de información al respecto. En este capítulo vemos que nuevamente un mensajero es enviado "en el día en que [Daniel] dispuso su corazón a entender y humillarse en la presencia de su Dios", pero este mensajero espiritual tuvo oposición por parte del "príncipe del reino de Persia" (que según el contexto posterior no se refiere sino a otro ser espiritual) durante 21 días. Si identificamos a la lucha como una librada entre seres espirituales, debemos decir que esta fue dada en ámbitos espirituales. Aunque la intención fundamental de estos pasajes no es la de explicarnos el comportamiento del tiempo y el espacio en el ámbito espiritual, si aplicamos una exégesis con una hermenéutica normal (es decir, atendiendo al contexto y sin alegorizar) podemos contemplar la presencia de por lo menos 3 conceptos; tiempo, espacio y la concurrencia de ellos entre ambos ámbitos de la realidad (es decir, físico o terrenal y espiritual).
Ahora, que existan al menos en alguna forma el tiempo y el espacio en el entorno espiritual, no significa que se comporten de la misma manera que nosotros conocemos. Y es que aunque la Biblia los menciona, no tiene la intención de explicarnos cómo funcionan, y debemos aceptar que fue Dios quien decidió que no necesitábamos esa información, dado que no nos diseñó con la capacidad de poder asimilarla; quienes han intentado forzar sus mentes a la comprensión (nótese la diferencia entre "comprender" y "conocer") de los conceptos del tiempo y el espacio en manifestaciones distintas a las permitidas para los seres humanos, se han "quebrado" y muchos de ellos han pasado a estados mentales alterados no deseados.
Es un buen primer paso reconocer que las mentes finitas no pueden comprender lo infinito; algo así como un vaso de vidrio tratando de contener el océano. Pero es un salto precipitado al error aceptar de plano que lo que la Biblia expresa cómo Eternidad signifique "ausencia del tiempo" porque no es lo que expresa la Escritura. Está claro que en el ámbito físico la idea de "tiempo" existe como característica inalienable por diseño Divino; los seres humanos reconocemos la presencia de esta ley natural en la que estamos inevitablemente inmersos (si no me cree, trate de decir una frase con sentido lógico que no incluya los conceptos del tiempo y el espacio. Si no lo logró, o está hablando como todo un cavernícola, por favor siga leyendo).
Respecto al ámbito espiritual tenemos muy poca información, aunque por ejemplo en el libro de Daniel encontramos que cuando el profeta rogaba por su nación fue dada "una orden", enviando además al ángel Gabriel para darle (a Daniel) sabiduría y entendimiento respecto a sus ruegos y la visión que había tenido (Dn 9). De hecho, fue al principio de sus ruegos (que debieron durar al menos un rato, pues él todavía estaba orando cuando llegó el mensajero) que la orden "fue dada" (denotando presencia del concepto temporal). ¿En qué ámbito fue dada esta orden? Pues en el ámbito en el que residen los seres espirituales, y ¿quién sino Dios puede dar órdenes a tan poderoso ser? Es evidente que se refiere al ámbito espiritual, del cual, por cierto, "salió" el ángel (denotando movimiento espacial).
Otro pasaje, Dn 10, nos brinda otra fuente de información al respecto. En este capítulo vemos que nuevamente un mensajero es enviado "en el día en que [Daniel] dispuso su corazón a entender y humillarse en la presencia de su Dios", pero este mensajero espiritual tuvo oposición por parte del "príncipe del reino de Persia" (que según el contexto posterior no se refiere sino a otro ser espiritual) durante 21 días. Si identificamos a la lucha como una librada entre seres espirituales, debemos decir que esta fue dada en ámbitos espirituales. Aunque la intención fundamental de estos pasajes no es la de explicarnos el comportamiento del tiempo y el espacio en el ámbito espiritual, si aplicamos una exégesis con una hermenéutica normal (es decir, atendiendo al contexto y sin alegorizar) podemos contemplar la presencia de por lo menos 3 conceptos; tiempo, espacio y la concurrencia de ellos entre ambos ámbitos de la realidad (es decir, físico o terrenal y espiritual).
Ahora, que existan al menos en alguna forma el tiempo y el espacio en el entorno espiritual, no significa que se comporten de la misma manera que nosotros conocemos. Y es que aunque la Biblia los menciona, no tiene la intención de explicarnos cómo funcionan, y debemos aceptar que fue Dios quien decidió que no necesitábamos esa información, dado que no nos diseñó con la capacidad de poder asimilarla; quienes han intentado forzar sus mentes a la comprensión (nótese la diferencia entre "comprender" y "conocer") de los conceptos del tiempo y el espacio en manifestaciones distintas a las permitidas para los seres humanos, se han "quebrado" y muchos de ellos han pasado a estados mentales alterados no deseados.
Volviendo al punto, podemos decir que en el ámbito espiritual SÍ existen el tiempo y el espacio, pero también debemos decir que no se comportan ni afectan a los seres espirituales como los seres humanos lo experimentamos o entendemos. Además, vemos que existe una concurrencia entre el ámbito espiritual y el ámbito físico; cosas que ocurren en el cielo tienen incidencia en la tierra y cosas que suceden en la tierra tienen su efecto en el ámbito espiritual (Dn 9:23; 10:12; Mt 16:9). Aunque tampoco podamos entender claramente cómo funcionan esta causa y efecto entre ambos ámbitos de la realidad. Y hasta que seamos transformados y capacitados para COMPRENDER más cabalmente la realidad, sólo esto podremos divisar. Es pues la eternidad la característica de un ámbito de la realidad que denota una ley temporal distinta en naturaleza y esencia a la experimentada por los seres humanos. No que signifique “ausencia de tiempo”.
Respecto a "el tiempo y Dios", sabemos por las escrituras que Dios NO está sujeto a las leyes del tiempo ni el espacio que Él creó (Sal 90:2; 102:12; 139:7-10; Ef 3:21; 1Re 8:27; Is 66:1; Hech 7:48-49). Pero una cosa es decir que Él no esté sujeto a ellas y otra muy distinta es decir que Él no actúe en consonancia con esas mismas leyes, puesto que al diseñar a sus creaturas (espirituales y de la tierra), las hizo sujetas a dichas leyes. Y al querer entrar en relaciones con ellas era necesario (por voluntad, no por obligación) que Él lo hiciese en términos que coincidiesen con las naturalezas de los seres en cuestión, llámense ángeles, o humanos y animales.
Esto es tan real que al enviar a Su Hijo, lo hizo en términos del espacio y el tiempo; algo que puede ser ubicado bajo estos conceptos (“en Belén de Judea en días del rey Herodes” Mt 2:1).
Entender de la Palabra lo que podamos respecto a estos conceptos nos ayudará a formularnos las preguntas apropiadas sobre temas como por ejemplo: Cómo será vivir en la eternidad para los creyentes, la naturaleza de la Vida eterna, el cielo cómo el lugar del trono de Dios, y el infierno, entre otros. Temas de los cuales podemos hablar después.
Si aceptamos que hay cosas que no podemos comprender, y escudriñamos lo que se nos ha permitido conocer, estaremos en camino a realizar las preguntas correctas. Y mucho más valiosas que las respuestas correctas son las preguntas correctas, pues las primeras puede darlas cualquiera, pero las segundas atisban entendimiento.
Por Daniel Tapizquen
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