- ¿Por qué Dios permite el sufrimiento?
- ¿Por qué Dios permite la maldad en el mundo? Independientemente del responsable.
- Si es verdad que existe y ama al mundo como dice hacerlo ¿por qué parece que solo logra salvar a unos pocos?
Aunque la Biblia tiene las respuestas a estas preguntas, pocos creyentes saben responder y son mayoría los que prefieren esperar estar frente a Dios para escuchar la solución.
Pero las personas del mundo nos exigen esas respuestas HOY.
¿Entendemos nuestras bases?
Como cristianos debemos ser los primeros en confrontar los argumentos del evangelio y la fe que profesamos.
No podemos esperar a que el ataque de los enemigos de la verdad sea lo que nos haga reaccionar.
En un mundo donde la información está al alcance de todos, los creyentes somos los últimos en apreciar un recurso que nuestros antecesores anhelaban poseer.
Hoy los enemigos de la cruz están cada vez mejor preparados para atacar a una iglesia que nunca está preparada para defenderse; que solo sabe reaccionar.
Mientras nosotros estamos ocupados compartiendo frases bonitas, los adversarios de la verdad están afilando sus armas. Evolucionan, crecen y mutan sus argumentos. Reflexionan en todo aquello que nosotros consideramos innecesario, eso que no estudiamos porque "no afecta nuestra salvación". Esas áreas que descuidamos se convierten entonces en útiles oportunidades de pequeñas y gratuitas victorias al enemigo.
El que es débil entre nosotros ¿no descansará en la capacidad de los más fuertes para defender la fe? Pero los fuertes no tenían una defensa preparada. Así que, usando artificios de hombres que en otra época y con menos recursos sí estaban preparados para sus batallas, esperan que desde la tumba los gigantes nos defiendan con sus pensamientos de nuestros actuales adversarios que ya están apercibidos de nuestras estrategias y listos para contraatacar.
Nos causa un terror enmudecedor la idea de hacer preguntas y cuestionamientos a nuestra fe que pudiesen no tener respuesta.
¡Y aun así los perdidos no tendrán tal temor de preguntar! Ellos si necesitan esas respuestas.
Tal temor en nosotros es una contradicción inaceptable porque decimos confiar en qué la escrituras no mienten cuando se presentan a sí mismas como las depositarias de la verdad, y decimos que en ellas basamos nuestra fe y en ellas está nuestra vida eterna.
¿Qué miedo tiene un soldado en desarmar y volver a armar su rifle? Ninguno, y lo conoce tanto que hasta le confía su vida cuando sale al campo.
Dios nos hace capaces
Descansemos en el Señor, que nos dio su Espíritu para entender todas las cosas que nos ha revelado. Pero que esa tranquilidad nunca alivie el peso que en nuestras consciencias produce la responsabilidad de dominar las Escrituras.
En un sentido, debemos esperar ya listos el ataque...
"...Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros"
1 Pedro 3:14-15
...pero lo cierto es que nuestra verdadera naturaleza es atacar.
"porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo"
2 Corintios 10:4-5
Dejemos de reaccionar y empecemos a atacar.
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